Sol de engaño
Y mi mujer... Mi mujer levataría la cabeza si la tuviera, pero no, no la tiene, no tiene dignidad, no la tenemos para ellos.
Y no hay día que reluzca, ni hora que no me dure un día, ni sueño que no torne en pesadilla, ni bocado que no acabe en escasía, ni valentía que no apacigüe en prudencia, ni riada que no aumente a inundación, ni tropezón que no sea golpe. No queda mueble que no traiga recuerdos nostálgicos, ni nostalgia que no sea depresión, ni depresión que no arrastre recaída, ni recaída que ayude a alzarse y ver la vida como un jardin de flores, ya que las flores se hacen falta de luz para crecer, luz que mis días no tienen, luz que nosotros no tendremos.
La esperanza es un engaño, al igual que el sol de otoño, que quema pero no calienta. No puedo hacer más que persuadiros. No puedo hacer más que hacer un llamamiento a la prudencia, no veais prosperidad donde no la hay, no sigais el camino a la perdición. La esperanza no es suelo firme. No baseis vuestros pasos sobre un suelo de ilusión, no vaya a ser que desaparezca y no haya vuelta atrás. LOS PUENTES DE PAJA SE ROMPEN